Desde el inicio de su mandato, la relación entre el presidente López Obrador y el Instituto Nacional Electoral ha sido compleja. En varias ocasiones el presidente ha señalado que el INE es caro y sobre todo ha cuestionado la imparcialidad del árbitro electoral. La cuerda se ha tensado nuevamente desde la semana pasada, cuando el INE envió un apercibimiento al mandatario federal por violar la veda electoral al hablar de los logros de su gobierno
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