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Un grupo de activistas en favor de los animales clausuraron una granja donde se sacrificaban perros para consumo humano. Entre los rescatados sobresalió Robin, un perrito que lloró al momento de salir de su jaula.
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Ocurrió en la ciudad de Yongin, ubicada en la región metropolitana de Seúl, en Corea del Sur. En aquella localidad se encontraba una granja clandestina donde se sacrificaban perros cuya carne posteriormente se dedicaba al consumo humano.
Gracias a una denuncia, el grupo activista The Humane Society pudo ingresar en la granja y clausurarla. Rescataron a 50 perros que sufrían maltratos y vivían en condiciones insalubres; todos estaban destinados a morir en el matadero que se encontraba en las mismas instalaciones.
El último perro rescatado fue Robin, quien lloró a la hora de ser rescatado. En el video compartido por The Humane Society en redes sociales, se aprecia cómo los ojos de Robin se llenan de lágrimas antes de que los activistas finalmente lo liberaran del suplicio en el que vivía.
El video en que se rescatan a estos 50 perritos se ha vuelto viral en redes sociales. Además, ha servido como una herramienta para concientizar sobre el maltrato que llegan a vivir estos animales en granjas clandestinas.
En los últimos años, Humane Society ha cerrado 16 granjas clandestinas como en la que fue rescatado Robin. Más de 2 mil perritos han sido rescatados y posteriormente dados en adopción.
Sin embargo, aún queda mucho trabajo por delante para estos activistas. Según cálculos de la asociación, cada año se sacrifican más de 30 millones de perros en mataderos clandestinos.
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