El Reino Unido estudiará “con mucho cuidado” el grado de protección de la vacuna desarrollada por Pfizer/BioNTech -uno de los preparados empleados en su programa de inmunización- tras surgir nuevos interrogantes desde Israel sobre su efectividad tras la primera dosis.
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Así lo admitió este miércoles el asesor científico del Gobierno británico, Patrick Vallance, en declaraciones al canal de televisión Sky News, donde se refirió a los hallazgos llegados de un análisis realizado por expertos de ese país, donde la vacuna se empezó a distribuir antes que en el Reino Unido.
Conforme a esos datos, la protección que aporta la formulación de Pfizer tras administrarse una primera dosis (de un total de dos) es significativamente más baja -un 33 %- que lo estimado inicialmente durante los ensayos clínicos -que apuntaban a un 89 %-.
Vallance reconoció que “en la práctica del mundo real las cosas raramente son tan buenas como durante los ensayos”, pero razonó que si bien “probablemente (la efectividad) no será tan alta en la práctica, no creo que sea tan baja como sugieren esas cifras (aportadas por expertos de Israel)”.
Precisamente, ese alto porcentaje de efectividad en el corto plazo fue decisivo para justificar la decisión adoptada por el Reino Unido de retrasar la inoculación de la segunda dosis hasta 12 semanas, en lugar de esperar solo tres, el intervalo dejado durante las pruebas.
Apoyándose en esa supuesta alta efectividad tras la primera dosis, el Ejecutivo de Boris Johnson consideró más importante dar prioridad a inmunizar al mayor número de personas posible con la inyección inicial y esperar más tiempo para completar la vacuna.
“Tenemos que estudiar esto con mucho cuidado, debemos seguir midiendo los números”, afirmó hoy Vallance frente a estos nuevos interrogantes.
El experto indicó asimismo que lo que este país está tratando de lograr actualmente es “proteger a los más vulnerables”.
Sobre la evolución de la pandemia en el Reino Unido, que ayer alcanzó un récord de fallecimientos diarios por covid-19 -1.610- y encadena cifras alarmantes de contagios, Vallance dijo que “por el momento es muy, muy mala, con mucha presión (para el sistema sanitario público) y en algunos casos parece una zona de guerra en cuanto a las cosas con las que algunas personas tienen que lidiar”.
En cuanto al programa nacional de inmunización, recordó que “lo primero que harán las vacunas será proteger de enfermedades graves y reducir las probabilidades de morir de la enfermedad; aportar una protección individual”.
“Sabemos mucho menos de la capacidad de la vacuna para frenar la transmisión. Creemos que la frenará, pero todavía no sabemos cuánto. Y harán falta niveles muy, muy altos de cobertura entre la ciudadanía -un 70 % o más- a fin de obtener algún grado de inmunidad por toda la población”, aclaró.
De cara al futuro, el experto vaticinó que probablemente serán necesarias vacunas anuales contra la COVID-19: “Creo que es bastante probable que vayamos a necesitar vacunarnos de manera regular, al menos durante algunos años y es probable que esas vacunas tengan que cambiar un poco al igual que ocurre con la de la gripe”.
Con información de EFE
KAH
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