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Mexicanas al grito de guerra: Las mujeres en la Revolución y el Ejército

La inclusión de la mujer en el Ejército Mexicano ha sido un proceso gradual, accidentado, con avances y retrocesos, como la propia historia de México. Sin embargo es innegable que las mujeres militares han hecho grandes contribuciones a nuestro país. A continuación una breve historia de su participación en la Revolución mexicana y el Ejército.

Desde la Revolución hasta el Ejército institucionalizado

Antes de la consolidación del Ejército Mexicano que actualmente conocemos, una incontable cantidad de mujeres participaron en los conflictos bélicos que nos dieron patria. Por ejemplo, diversos registros señalan a Luz Espinoza Barrera como una de las primeras mujeres que tuvo una participación de tipo militar. En 1910, durante la Revolución Mexicana, obtuvo el grado de teniente coronel por parte del general Emiliano Zapata. Fue gracias a que sabía montar desde caballos hasta becerros, además de manejar armas de fuego, que se destacó durante esta gesta bélica.

Otra “coronela” fue Margarita Neri, nacida en las clases altas, dirigió un ejército durante la Revolución cuando apenas había cumplido la mayoría de edad.

Mantuvo una tropa de setecientos indios en reserva y envió a trescientos a una batalla en la cual, bajo el mando de una muchacha de dieciocho años que fue herida peleando en la línea del frente, derrotaron a los federales”, escribe Frederick Turner en su artículo “Los efectos de la participación femenina en la Revolución de 1910.

Ella y Petra Herrera fueron consideradas “soldados” dentro del ejército revolucionario. Herrera se vestía como hombre para asumir la identidad de “Pedro Herrera”. Según la escritora Elena Poniatowska, Herrera tenía una excelente puntería con las armas de fuego, así como un indiscutible liderazgo.

Aún más reconocidas en el imaginario popular son las soldaderas. Ellas son recordadas por encargarse de la elaboración y distribución de los alimentos durante la Revolución Mexicana, sin embargo también desempeñaban funciones de inteligencia (espionaje) y distribución de armamento.

En años posteriores a la Revolución y ya con un Ejército Mexicano consolidado, prácticamente fue “a cuentagotas” la incursión de las mujeres a la vida militar. Como ejemplo están los casos de María González de Carter, quién en febrero de 1934 causó alta como afanadora en la Intendencia General del Ejército; y Anastasia Soriano López, que 1935 causó alta como Enfermera Ayudante en el departamento de Sanidad Militar.

Fue hasta 1938 cuando, gracias al decreto presidencial de Lázaro Cárdenas del Río, se creó la Escuela para Enfermeras del Ejército, adscrita al Hospital General Militar. Fue a partir de entonces que las enfermeras se convirtieron en el símbolo más representativo de las mujeres militares de aquella época. Meses después se crearía el Cuerpo de Oficinistas del Ejército.

Durante las décadas posteriores, las mujeres se abrieron paso en distintas áreas del Ejército: el Servicio de Cartografía (1947), la Escuela Médico Militar (1973), la Escuela Militar de Odontología (1976), Coro y Orquesta del Ejército y Fuerza Aérea Mexicanos (1985) y la Dirección General de Fábricas (1990). Y al fin, en 1994, se otorgó por primera vez el grado de General Brigadier a una mujer.

En el año 2000 aconteció un parteaguas en la vida militar mexicana, por primera ocasión se abrió una convocatoria para que las mujeres realizaran el Servicio Militar Nacional de forma voluntaria. Además, el 16 de febrero del mismo año, se creó el Batallón de Tropas de Administración Femenino para impartir el segundo nivel de adiestramiento militar a las mujeres de las dependencias de la Secretaría.

Posteriormente, en 2007, se ampliaron las opciones de ingreso para las mujeres a los Planteles Militares: Escuela Superior de Guerra, Heroico Colegio Militar, Colegio del Aire, Escuela Militar de Ingenieros, Escuela Militar de Transmisiones y la Escuela Militar de Clases de Transmisiones. Pocos años después, en septiembre del 2011, se graduó la primera mujer piloto aviador militar, Karen Vanesa Velázquez.

Para el 2018, se incorporaron a las filas del Ejército Mexicano 23,547 mujeres.

Violencia de género y la respuesta del Ejército

No es ningún secreto que México padece un severo problema de violencia de género y el Ejército Mexicano no está exento de esta situación. Según información de Univisión, entre 2011 y 2016, 148 mujeres militares denunciaron ser víctimas de acoso y hostigamiento. En ese mismo periodo, la Procuraduría General de Justicia Militar (PGJM) inició 148 averiguaciones previas por acoso y hostigamiento sexual. En el fondo, el problema de esta forma de violencia naturalizada es la “la verticalidad, el ejercicio de la autoridad”, según Guadalupe Ramos Ponce, coordinadora local del Comité de América Latina y El Caribe para la Defensa de los Derechos Humanos de la Mujer (Cladem).

Si bien el desgarrador problema de la violencia de género está lejos de resolverse tanto dentro del Ejército como en el resto de México, la institución castrense da pasos para enfrentar el problema. En 1995 inició funciones el grupo de seguimiento, coordinación y estadística del Estado Mayor de la Defensa Nacional, que se enlazó con el Instituto Nacional de las Mujeres (INMUJERES) a partir del año 2001.

En 2008 se creó el Grupo de Promoción y Difusión de la Cultura de Equidad de Género. Mientras que en 2011 se acordó la formación del Observatorio para la Igualdad entre Mujeres y Hombres en el Ejército y Fuerza Aérea Mexicanos, cuyo objetivo es el respaldo para la planeación, detección, evaluación e implementación de acciones encaminadas a prevenir y eliminar las diversas formas de discriminación por motivos de género con el fin de asegurar la igualdad de oportunidades para las mujeres y los hombres en el Ejército y Fuerza Aérea Mexicanos.

Es hasta el 2011 que se crea el Comité para Prevenir y Atender el Hostigamiento y Acoso Sexual, Y ese mismo sentido, en el 2013 se creó la Oficina para la Atención de Víctimas de Hostigamiento y Acoso Sexual dependiente de la Dirección General de Derechos Humanos.

Requisitos

El Ejército requiere de mujeres  y hombres con deseos de servir a la patria y comprometerse con el pueblo de México, para defender la Soberanía Nacional, garantizar la Seguridad Interior y prestar apoyo a la población civil cuando así se requiera. Actualmente los requisitos para pertenecer al Ejército son los siguientes:

  • Ser mexicano (a) por nacimiento y no haber adquirido otra nacionalidad.
  • Ser soltero (a) y no vivir en concubinato.
  • Tener 18 años cumplidos y no ser mayor de 30.
  • Contar con Cartilla de Identidad del Servicio Militar Nacional, tratándose de personal masculino mayor de 18 años.
  • Acreditar buena conducta mediante constancia de no antecedentes penales o con constancia expedida por la autoridad municipal o delegacional.
  • Tener los conocimientos inherentes a su especialidad, tratándose de personal auxiliar especialista, y acreditarlos mediante Diploma, Certificado, Título y Cédula Profesional o Acta de Examen elaborada por el Organismo donde desea causar alta.
  • Estar sano y apto clínica y psicológicamente para el servicio de las armas, lo que se acreditará mediante el certificado médico expedido por el Escalón Sanitario correspondiente.
  • Tener una braza que sea proporcional a la estatura mínima siguiente:
    • Personal masculino en Unidades, Dependencias e Instalaciones, 1.63 metros.
    • Personal en la Escuela Militar de Aviación 1.65 metros.
    • Personal femenino en Unidades, Dependencias e Instalaciones, 1.60 metros.
    • Suscribir el Contrato de Enganche.
  • Documentos
    • Copia certificada del Acta de Nacimiento o copia certificada de dicho documento, tomada del libro donde se asentó su nacimiento, cuya expedición no sea mayor de tres meses.
    • Clave Única de Registro de Población (CURP).
    • Credencial para votar expedida por el Instituto Nacional Electoral (INE).
    • Certificado de Educación Secundaria.
  • Los aspirantes a causar alta en los Cuerpos Especiales a que se refiere el artículo 102 de la Ley Orgánica del Ejército y Fuerza Aérea mexicanos, además de los requisitos anteriores, deberán acreditar las pruebas físicas de la especialidad, que determine la Sedena.

Cabe señalar que el personal técnico o especialista no podrá ser mayor de 32 años, salvo que las necesidades del servicio lo justifiquen y previa autorización de la Sedena, se podrá dar de alta a mayores de esta edad.

Con información de Gobierno de México, Noticieros Televisa y Univision

Fuente: Televisa

admin

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