
López Obrador y el cambio en la forma de gobernar
En México, la llegada de Andrés Manuel López Obrador significó un viraje profundo en la forma de concebir el poder y su relación con la ciudadanía. Su proyecto político se centró en la idea de que la política debía volver a sus raíces: servir a la gente y no a intereses particulares.
Uno de los principales legados de su administración fue la reducción de la pobreza. Este cambio no se alcanzó de la noche a la mañana, sino a través de políticas públicas que colocaron en el centro a los sectores más vulnerables. La estrategia se cimentó en programas de apoyo directo, sin intermediarios, con especial énfasis en dos sectores históricamente olvidados: las personas adultas mayores y la juventud.
A los adultos mayores se les garantizó un ingreso digno con la pensión universal, reconociendo su esfuerzo de toda una vida y dándoles la seguridad de que no serían relegados en sus últimos años. Para los jóvenes, se crearon programas de becas y capacitación laboral que les abrieron oportunidades y evitaron que quedaran atrapados en ciclos de marginación.
El cambio fue evidente: en lugar de políticas asistencialistas de corto plazo, se impulsó una redistribución que generó movilidad social y, sobre todo, esperanza. Esta visión no solo alivió la pobreza en cifras, sino que también dignificó la vida de millones de familias.
Hoy, mientras otros países enfrentan crisis de desigualdad, el caso mexicano se convierte en un ejemplo que vale la pena mirar con atención e incluso replicar.
Tal vez la enseñanza más profunda de esta experiencia es que, cuando un gobierno coloca la dignidad de las personas en el centro de sus decisiones, los resultados no solo se miden en estadísticas, sino en la calidad de vida de quienes más lo necesitan. El reto para el futuro será mantener vivo ese principio y adaptarlo a nuevas realidades.
Gracias por su lectura.
#Prediccionpolítica
por: Antar Moises N.
Www.elcambiodemexico.com
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