No había llovido así en Poza Rica desde hace 26 años. Las calles se convirtieron en ríos, los hogares se hundieron en el lodo y al menos 32 personas perdieron la vida por las inundaciones. Veracruz está de luto, y miles de familias intentan rescatar lo poco que les quedó.
Frente a una tragedia de esta magnitud, lo mínimo esperable es empatía. Sin embargo, hay quienes, desde su pedestal de privilegios y dinero, eligen la burla. Ricardo Salinas Pliego, fiel a su estilo provocador, volvió a demostrar que la insensibilidad puede tener rostro y nombre.
Porque no se trata de política ni de ideologías: se trata de humanidad.
Y cuando un empresario multimillonario se mofa del dolor ajeno, lo que refleja no es valentía ni humor negro, sino una miseria moral que ni todo su dinero puede ocultar.












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